Las rozaduras en los pies pueden ser un verdadero problema para muchas personas. No cabe duda de que son molestas, dolorosas y pueden alterar al completo un día perfecto. Si llevamos a cabo una serie de pautas y recomendaciones, podemos evitar el dolor de pies, evitar rozaduras en talón y algunas alteraciones muy conocidas.
¡Toma nota de los consejos de Querol!
Recomendaciones para evitar el dolor de pies
Seguir las siguientes recomendaciones puede ayudarnos a mantener nuestra salud circulatoria y mantener la piel de nuestros pies.
Mantener un peso saludable
Nuestros pies soportan el peso de todo nuestro cuerpo y, cuanto más peso soporten, más difícil será para ellos. La mejor forma de prevenir el dolor es bajar de peso si se padece de sobrepeso u obesidad.
Tan solo 5 kilogramos de más o de menos ya pueden cambiar la forma en la que trabajan nuestros pies. Si el dolor de pies nos impide hacer ejercicio, podemos probar un deporte de bajo impacto como la natación.
Realizar ejercicios de flexibilidad
Los músculos de la pantorrilla pueden endurecerse a medida que se envejece, ejerciéndose más presión sobre las puntas de los pies. Realizar una serie de estiramientos cada día puede disminuir el dolor de pies.
Un ejercicio que podemos realizar estando de pie es subir y bajar lentamente los talones y mantenerlos contraídos durante 10 segundos. Podemos repetir esto de cinco a diez veces, alternando cada pie.
Mantenernos hidratados y comer saludablemente
La deshidratación puede causar edema e hinchazón en pies. Además, puede favorecer la aparición de calambres. Es imprescindible que bebamos al menos 2 litros de agua al día y, más aún, tras la realización de ejercicio.
Los calambres también pueden estar causados por la falta de potasio. Es imprescindible que acompañemos nuestra dieta de alimentos ricos en este mineral, como el plátano, las espinacas u otras verduras de hoja verde.
Como evitar las ampollas en los pies y rozaduras por zapatos
¿Son inevitables las ampollas? Sin duda. Los zapatos son el origen principal de las ampollas. Todas las personas tienen pies de diferentes formas y tamaños, no hay zapatos únicos que sean adecuados para todos. Acertar con el tamaño y la forma correcta de los zapatos puede ayudarnos a prevenir las ampollas.
Por otro lado, el algodón retiene el sudor de los pies, lo que luego suaviza la piel y la deja más propensa a romperse con la fricción. En estos casos, podemos utilizar dos capas de calcetín.
La fricción, el movimiento de rozamiento entre el pie, el calcetín y el calzado, crea calor y fuerzas de desgarro, lo que hace que la piel esté más propensa a las ampollas. Para evitar rozaduras por zapatos se puede reducir la fricción lubricando los pies para que se deslicen en lugar de frotarse. Por ejemplo, podemos utilizar algo de vaselina en los talones o en las zonas donde haya mayor fricción.
Estas instrucciones también podemos aplicarlas para las rozaduras. Si el zapato nos queda muy estrecho, podemos introducir en ellos una bolsa de agua hasta la mitad y, a continuación, meterlos al congelador. De este modo, podremos aumentar su tamaño.
También, a la hora de salir de la ducha es imprescindible secarlos bien para evitar la infección por hongos. La humedad puede dejar la piel más sensible y propensa a este tipo de afecciones. En todo caso, también podemos utilizar polvo de talco para reducirla.
En último caso, podemos ablandar el material de los zapatos con un poco de agua caliente o de alcohol sobre la zona del zapato.
Sin duda, las rozaduras en los pies y otras afecciones pueden ser muy molestas. Prevenirlas y dar con las pautas indicadas es imprescindible, tanto para evitar el dolor de pies como para evitar rozaduras de zapatos.
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